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Durante los últimos años, el memorial del 11-S se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de Nueva York. Después de los atentados en las Torres Gemelas en el año 2001, y con la destrucción de estos dos edificios, se han construído dos grandes fuentes cuadradas de granito negro situadas justo donde antes estaban ubicadas las torres. Las dos fuentes rinden homenaje a todas las víctimas que murieron durante los atentados, un episodio horrible que ha marcado a la sociedad neoyorkina, americana y ha repercutido a nivel mundial. Todos los nombres de las personas fallecidas están grabados en unas placas de bronce ubicados alrededor de las fuentes. El ruido de las cascadas de las fuentes, de más de 9 metros, es casi el único sonido que se escucha en la plaza y el agua se filtra por unos agujeros negros hasta el interior de la tierra. La mayoría de personas que visita el lugar permanece en silencio en señal de respeto a todas las víctimas y a sus familiares.
Al lado de las fuentes está el 9/11 Memorial, un museo que recuerda y homenajea a las víctimas y explica la tragedia que vivió la ciudad, aunque para visitar hay que reservar una entrada. Esta parte de la ciudad es un poco triste, pero forma parte de la historia de Nueva York, un suceso que siempre permanecerá en la memoria.
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